¿Cuánto cuesta cambiar una bañera por una ducha?

Normalmente las bañeras ocupan más espacio que las duchas, y eso da mayor libertad a la hora de elegir un plato de ducha. Se pueden encontrar en medidas estándar muy variadas, con anchos que oscilan entre 70 y 90 cm, aunque los hay que llegan a un metro. En lo que se refiere a su longitud, los hay desde un metro hasta dos o incluso más. Los nuevos materiales, por otra parte, permiten hacer platos a medida o cortar los de medidas estándar para adaptarlos al hueco de la bañera. 

Esta variedad de modelos permite encontrar platos de ducha que se adapten sin problemas al hueco dejado al quitar la bañera. Pero si este es muy grande y no se dispone de baldosas de recambio, las tarimas de madera alrededor de la ducha quedan muy vistosas y combinan bien en cualquier estilo, mientras que en la pared se puede hacer una franja con azulejos que combinen con el resto del alicatado.

A la hora de cambiar la bañera por una ducha, ambas soluciones son igualmente factibles. En el caso de la ducha de obra, lo adecuado es que la superficie sea antideslizante y, si no puede encontrar baldosa igual a la del resto del suelo o esa no es adecuada, conviene buscar un modelo que combine bien. La ventaja de este tipo de duchas es que se pueden hacer a cualquier medida, de cualquier forma y en cualquier espacio.

Las duchas prefabricadas tienen medidas estándar, pero en algunos materiales son muy fáciles de cortar para poder adaptarlas al hueco del que se dispone. En lo que respecta a materiales y acabados, las hay de cerámica, resina, fibra mineral y otros materiales. También se pueden encontrar en diferentes tonos y acabados.

Solo hacer plato de ducha de obra de 200 x 100 cm cuesta alrededor de 800 €, poner uno prefabricado costaría unos 500 €.

Son más cómodos y seguros, sobre todo para personas mayores o con problemas de movilidad, ya que permiten acceder a la ducha incluso en silla de ruedas. Pero, hay que tener en cuenta que se necesita algo más de profundidad en el suelo para encastrar el plato y que no haya problemas con el desagüe. También debe estar perfectamente sellado para evitar filtraciones hacia plantas inferiores. 

La diferencia de precio entre una ducha a ras de suelo y una estándar no es elevada. El problema de la profundidad se soluciona con los platos extrafinos o con una ducha de obra. En el primer caso, el precio de plato e instalación se situaría en unos 600 €, un 20 % más que uno estándar. 

Tanto si se trata de duchas de obra como platos prefabricados, es conveniente que la superficie sea antideslizante para evitar posibles accidentes. Muchas de las duchas prefabricadas ya cuentan con superficies rugosas o texturizadas o con tratamientos específicos para evitar resbalones accidentales cuando están mojadas.

El grado de antideslizamiento se divide en tres clases, de la 1 a la 3. Este último nivel es el que proporciona mayor agarre. Ese tratamiento se aplica tanto en duchas de resina como de solid surface, de piedra o de obra, tanto si el material es cerámico como si es microcemento o cualquier otro.

Es esencial para que pueda descargar bien y el agua no quede acumulada en ningún punto de la ducha. Las duchas prefabricadas ya están diseñadas con una ligera inclinación hacia el desagüe y será suficiente con asegurarse de que estén bien niveladas. Sin embargo, si se trata de una ducha de obra es importante hacer esa ligera inclinación, con un desnivel de 1,5 cm o un 3 % será suficiente. 

En ciertos casos, la ducha debe ir sobre una pequeña plataforma. Eso ocurre, sobre todo, cuando no hay suficiente profundidad para colocar el desagüe. En ese caso y por una cuestión estética, lo habitual es revestir el todo el borde de esa plataforma con el mismo azulejo de las paredes. Pero si esa elevación no es muy grande, menos de 3 cm, otra opción son rebordes cerámicos de un color similar. 

Se pueden distinguir por varios aspectos. Por un lado, por la perfilería, que puede ser de aluminio o PVC y tener diferentes acabados. Por otro, se diferencian por el tipo de apertura, ya que las hojas pueden ser fijas, semifijas, abatibles o correderas. Y también se pueden distinguir por el cristal, que puede ser de vidrio o acrílico, transparente, serigrafiado, con tratamiento antical, etc.

Por todas estas cuestiones, una mampara en medida estándar para una ducha de 100x70 cm puede variar desde unos 180 € las más económicas a más de 700 € las más caras.

El más tradicional es la cerámica, resistente, de fácil limpieza y económica (un plato cuesta alrededor de 90 €). También son comunes los platos de resina y carga mineral, resistentes, con muchos acabados y asequibles (alrededor de 200 € de media). Los platos acrílicos son ligeros y económicos, al igual que los de fibra de carbono, ambos con un precio de unos 100 €.

Otros materiales son la pizarra, que por ser piedra natural tiene un precio más elevado, alrededor de 300 €, y el acero, que es menos común y cuyo coste es similar al de la piedra.